Consideración del tono y la inflexión de la voz:
La voz de una persona puede ser agradable o desagradable. La entonación de la voz del orador puede modificar extraordinariamente el significado de un mensaje.
La comunicación verbal es más eficaz cuando se expresa a una velocidad o ritmo adecuado. La velocidad con la que se pronuncia un mensaje, junto con la presencia de, ausencia y longitud de las pausas, pueden determinar el grado de satisfacción del oyente con respecto a la comunicación.
Escuchar:
Es una destreza por medio del cual una persona de forma consciente y voluntaria da su atención a otra de modo que pueda oír lo que se está diciendo. Escuchar no es un proceso pasivo, requiere máxima concentración y esfuerzo.
Para ser eficaces en el proceso de la comunicación, hay que hablar bien y escuchar atentamente cuando una persona habla.
Cuando escuchamos, descubrimos puntos de vista de la otra persona. Escuchar es importante para el proceso de comunicación, como hablar.
A causa de la educación, de la experiencia en el trabajo y de las situaciones cotidianas, la persona puede cultivar hábitos malos para escuchar. Estos hábitos implican un método incompleto o deficiente, para manejarnos nosotros mismos. Es importante que tratemos de refrenar el efecto de los hábitos malos e intentar mejorarlos.
Detectar lo que no se dice:
En el curso de una conversación, el que habla no revela la verdadera naturaleza de su diálogo. Él emplea una variedad de frases y de palabras que pueden implicar su significado y él deja la tarea de aclarar ese significado al receptor. El interlocutor atento deberá entonces hacer preguntas que ayuden al que habla a ser más directo en sus ideas o sentimientos.
Las personas transmiten una diversidad de mensajes y esta variedad puede enmascarar al verdadero. Los factores que prohíben a la persona ser directa son:
- Falta de confianza en sí mismo
- Temor de ser rechazado
- Deseo de ser siempre aceptado
- El contenido del diálogo, el cual es perturbador para el que habla.
- Temor de violar los criterios morales.
- Ausencia de deseo de que se descubra la verdad.
- Incapacidad para aceptar los cambios que puedan requerirse, como consecuencia del diálogo.
- Darse cuenta de que el tema en este momento no resistirá una confrontación directa.
La gente con problemas de salud a menudo desea información y aún titubean para preguntar directamente por ésta.
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